viernes, 15 de julio de 2011

Y el que una vez fue un ángel, ahora mora las tinieblas más negras...

Y ahora, alza la vista hacia mi rostro...



Alza la vista hacia mi rostro; ennegrecido por el odio cerval hacia la condición humana, negras lágrimas se derraman sobre las cenizas de un mundo yermo y asolado; la oscura niebla puebla la soledad del alma, empapando su esencia con azufre y llamas; aquel que un día tuvo bellos rasgos se halla hoy consumido por la ira.

Alza la vista hacia mi espíritu; sometido al yugo de la voluntad de los esclavos del mal, locura concentrada en densas nubes que arrasan los cielos; rasgados se encuentran los ríos por los que la sangre fluye en torrentes tormentosos y letales; aquel que un día tuvo libertad se halla hoy encallado en un mar de muerte.

Alza la vista hacia mi alma; condenada en sus propias tinieblas, oculta bajo el sedimento del fuego de mil volcanes furiosos; clamando piedad desde la cueva más recóndita en las profundidades del mayor de los abismos; aquel que un día tuvo sangre en las venas se haya hoy desangrado en el cementerio de su propia civilización.

Alza la vista hacia mi mente; desgarrada en jirones de incertidumbre y pesar, derruída como la torre que antaño se encumbraba en los cielos y ahora no es sino un tenue recuerdo; separada en treinta frentes que luchan entre sí desesperadamente por sobrevivir; aquel que un día tuvo paz se halla hoy huyendo despavorido en un interminable valle de espinas.

¡Yo te invoco, hecatombe! Termina lo que empezaste.

Quiero ver como agoniza el bien, quiero observar atentamente como la buena voluntad se ahoga en su propia sangre, como el amor y el afecto son ahorcados en las ramas del mismo árbol que un día fue frondoso y verde.

Desde la fosa más inmunda y rezumante, estertores colman los agitados nervios de la apagada vida que está por desaparecer.


Y el que una vez fue un ángel, ahora mora las tinieblas más negras...




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jueves, 12 de mayo de 2011

Як небо блакитне... Eternidades depresivas del alma.

"Як небо блакитне — нема йому краю,
Так душі почину і краю немає.  "

 
"No existe final – como el cielo azul,
Tal y como no hay comienzo ni fin en el alma.  "


Taras Shevchenko, 1841.






Muchos son los desgarrados cánticos de la desolación y el abatimiento, y muchas son sus víctimas. Gritos de pánico, aullidos de espanto, sollozos interminables, o el silencioso quejar con tal grado de pavor que no hay lugar sino para el silencio, que abraza la estancia como la niebla nocturna a la luz de los faroles.



Muchas son las ceremonias que invocan a la oscuridad, filtrándose en la vida y empapando como si de petróleo se tratase, una historia hasta borrar todo rastro de sus páginas en el olvido de la incomprensión.



Mucha es la desesperación que brota de las gargantas de quienes ansian que llegue aquello que consiga salvarles... mas saben que nunca ha de llegar.



Muchas son las indiferentes lágrimas del silencio que derrama el oscuro y frío firmamento salpicado de nubes sobre aquellos rostros congelados en terror, propios de estatuas.



Muchos son los intentos de la mente por hacerse a una terrible idea que es incapaz de aceptar, que no puede ni tan siquiera concebir sin perder la cordura en el intento.



Muchos son los temblores que sacuden los trémulos huesos que un día azotaron las trsites vidas de tantas personas; huesos que ahora descansan bajo tierra, sin haber encontrado la paz que anhelaban.


Mas de los muchos caminos que toma el alma enferma, siempre hay uno que sobresale de entre todos...








¡Oh, marchita esperanza!, acuna mi derruído cuerpo entre tus intangibles brazos; mece mi espíritu sobre el borde del abismo... No me dejes caer, no aún.


Y es que tanto la génesis de la belleza como la némesis de la misma están anegados en arte, lienzos salpicados de preciosos negros trazos...









Qué bella eres, muerte, y qué fría es tu belleza.




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viernes, 15 de abril de 2011

Утро звёздную пыль выжигает дотла.

Suicidio altruista: El individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella. Esta relación es patológica porque la persona pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer su vida por algún ideal.



Nihilstasis Sentire... Sui Caedere.



Y sólo aquel que baje la mirada al mísero y sucio suelo podrá encontrar las llaves de la sabiduría perdidas entre la maleza...
Y tan sólo aquel que sepa leer podrá adquirir los conocimientos que esconden los misterios del mundo...
Y es que, una vez ascendido, el vértigo se hace llano, las alturas carecen de importancia y todo cobra una dimensión distinta.



¿Marchará acaso la soledad del tiempo sobre las ruinas que en aquellos gloriosos días fueron monumentos a la especie humana?
¿Tornará gris la tormenta desatada el lienzo que ningún pintor llegó a decorar nunca?

Cuando lo que quede del espíritu humano alce la mirada a lo alto, se estará contemplando a si mismo, caótico, anárquico e inocente al mismo tiempo.





Oh... cuan agudo sería el llanto de las piedras... si pudiesen alzar la voz.




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sábado, 26 de marzo de 2011

Postludium.



El estruendo de las encolerizadas pisadas sobre el temeroso suelo, estuvo a punto de terminar por desmoralizarme del todo. Y es que entre tanto caos, tanto pavor, y tanta desesperación, incluso el ser humano podía captar un matiz distinto en el olor del ambiente. El ser humano podía oler el miedo, su propio miedo, y yo no era una excepción.

La aterradora visión de los hombres corriendo hacia ningún lugar hasta caer exhaustos, las mujeres enloquecidas tratando de encontrar a sus hijos entre los pies de la multitud; los animales que no estaban atados hace tiempo que habían huído ya, y los que permanecían amarrados fingían estar muertos.
Pero lo que sin duda me encogió el alma, fue ver a los niños más pequeños; sus llantos de incomprensión hacia lo que estaba sucediendo, el sentimiento de horror ante la anarquía de las calles y la desaparición de sus padres en la lejanía...

Pero aún quedábamos algunas personas con la atípica reacción de sentarse a esperar, mirando cara a cara a la muerte. Sentados sobre la fría piedra; metafórico preludio de lo que nos esperaba en la otra vida; absorviendo ese frío y sintiendo como recorría cada nervio, cada fibra sensible del cuerpo... Mirando a los cielos.

Los cielos... Una sobrecogedora visión como aquella, que muchos habrían querido ver.

Y es que la némesis parecía haber desgarrado el firmamento brutalmente, desfigurando la atmósfera; la temperatura había aumentado drásticamente, las nubes parecían moverse a muchísima rapidez, y la misma tierra parecía estar clamando piedad, en un silencioso temblor constante...
El color rojo y morado del cielo, los cuerpos celestes a su antojo chocando entre sí, secuencias que ningún ente vivo podría soñar ver jamás... y que irónicamente ninguno de los presentes querría estar presenciando.

Parecía que el horror no podía ir a peor... pero fue la sensación de que la gravedad fuese ilusoria la que minó definitivamente la poca cordura de la gente de -si bien el término no era del todo correcto- "a pie".
Tras sentir vibrando cada átomo de materia del cuerpo, y escuchar el sonido de un millar de cristales pesadísimos quebrándose a la vez; supe que todo había acabado.

Despojados de una fuerza que nos mantuviese contra el suelo, tanto personas como el resto de materia existente en el planeta fue literalmente engullido hacia arriba...

...Y fue entonces, cuando caíamos hacia el cielo, mirando fíjamente sin pestañear el negro que nos estaba arrastrando consigo hacia el fin...

Fue entonces cuando sonreímos, y dejamos de existir.




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miércoles, 16 de marzo de 2011

Una anomalía colateral en el espectro astral del silencio.


Mirando a la noche desnuda, recelosa y adormecida; acunando la mirada en sus celestiales brazos; enhiesta en su grandeza y su terrible belleza inmensa, brillante...

Sintiendo la acogedora negrura del vacío, inundando los sentidos en la nada; sumiendo la mente en un trance divinamente mortal, para no regresar jamás...

En lo alto, los astros flotando en un mar de pensamientos sin respuesta, riendo en el silencioso quejar del tiempo enardecido, mas inmunes al paso de las borrosas hojas de la eternidad...

La roja luz de la condescendencia, más brillante que el negro espacio, ilumina los restos de quienes en su tiempo creyeron tener vida...

Escuchando los sollozos de quienes, antes de morir, oyeron el sonido de lo inexorable en sus corazones; fútiles duelos al oscuro fin que siempre ha de ganar.




...Agoniza entre estertores el caótico orden natural del universo... observando como el ser humano se consume... lentamente... dada su condición efímera.


 

Sentid la impotencia de quien, en lo alto, exhala su último suspiro al contemplar con horror su creación...

Una anomalía colateral en el espectro astral del silencio.




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miércoles, 2 de marzo de 2011

Soy leñador... leñador sin bosque.

Carlos Varela: 
Leñador sin bosque.

Cuantos guerreros consagraron su vida por defender sus casas... cuantos murieron defendiendo a sus mujeres, a sus hijos...
En el tiempo de las guerras de los hombres, los eones pintaron el lienzo de la historia con sangre.
Las melladas espadas que defendieron el calor de los hogares, la espectación de las familias esperando la llegada del guerrero; las pisadas en la hierba encharcada, el barro hundido bajo el peso de los cuerpos de quienes consagraron su vida a la causa...
Gloriosos tiempos que no caerán en el triste olvido.

Leñadores en un mundo gris, arrasado por el fuego de la naturaleza brutal de los hombres; sin motivo para vivir ni para morir...
Soñadores en pesadillas, mundos paralelos que nada tienen que envidiar la realidad que existe afuera...
Esclavos de los terrenos del tiempo, consagrados al deber de cuidar de sus tierras hasta que su luz se extinga...
Gloriosos tiempos que están por suceder.

Sobre las ignorantes cabezas de quienes cuyo servicio engrosará las filas de caídos en nombre de las sombras eternas... yace la verdad, el honor, la grandeza y el heroísmo.
Lo único que separa el trayecto del aterrador final es la sangre derramada por aquellos luchadores... aquellas causas que parecen perdidas, nunca lo son.
El orgullo... el no decaer... el mantener en ristre el arma, presto a cumplir con tu deber...

Ninguna causa es perdida. Ningun episodio en vida es vacío, o inexistante.

Por el fuego acogedor de nuestros hogares, por la fuerza que aún recorre nuestras venas, por nuestra inagotable juventud; luchemos por dar todo lo que nuestros cuerpos son capaces de dar.


Por la patria altruísta, por la sangre, por la justicia, Carpe Mortem.




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miércoles, 23 de febrero de 2011

Ánimal immúndum, quod immolári Dómino non potest.

Y quien puede afirmar que, tras el incesante paso de los eones; los hombres hayan hallado sentido en su sacrílega cruzada contra el curso natural de los acontecimientos...

Y quien puede negar que, tras las blancas aguas del mar, bañadas por la luz de la luna; los hombres hayan dejado legado alguno al mundo, que no haya sido erosionado por la marea...

Y quien puede siquiera pensar que, tras los límites de la conciencia humana; los hombres hayan sabido empatizar con el vacío que envuelve, silenciosamente, su proscrita existencia.





No por más alejarnos de la oscuridad de los bosques, la soledad desaparece.


No por más escapar del pasado, las heridas cicatrizan.


No por más limpiarnos la sangre de nuestras espadas, el daño causado cae en el olvido.





Cuando el ser humano se colapse en el egoísmo de su civilización; sus cenizas regarán las yermas llanuras que un día fueron de los hombres; para crear vida que no hemos de contemplar.

No por estar lejos, nuestro fin se aleja.




Sed cautos.
La muerte anda cerca.




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jueves, 17 de febrero de 2011

El sonido de lo inevitable.


Gracias, Irene, por inspirarme con esa canción (te dije que te citaría y eso he hecho :p ).


Es difícil hacerse a la idea de como queda plasmado el sentimiento de infinidad, en la copiosa lluvia cayendo sobre el alféizar de la ventana. Los cielos, colmados por la ira, desatando la eterna tempestad. El ruido inmortal de las gotas al hacerse añicos contra la piedra. El ciclo de la eternidad...

Postrado en una cama, sabedor de que pronto terminará todo. No hay sitio para la comprensión, ni para los sentimientos. Sólo para la ténue sombra de la negrura que trae el cielo, acercándose inexorablemente.
Y sin tener el consuelo de tener tiempo siquiera para reflexionar, para atar los últimos cabos, para tratar de gritar a lo alto.

Pero no se puede clamar al cielo sin voz. No sin respirar.

No sin vida.


...Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
...Es hora... Hora de morir.






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Allá a donde vayamos recordemos siempre el acecho del final que nos persigue; recordemos el sonido de lo inevitable en cada gota de lluvia derramada, y jamás, jamás olvidemos.

La memoria es lo único que mantiene viva la muerta esperanza de los que ya no están.

Por ellos... y por nosotros. Vivamos, y muramos. Seamos uno de tantos, tantísimos olvidos.

Que el nihilismo nos ampare.




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domingo, 9 de enero de 2011

Missa pro defunctis... requiem por el alma muerta de los vivos, y el alma viva de los muertos.

Lluvias que la nada riegan, desde la terrenal negrura;
Negras aguas que me anegan, que me arrancan el aliento;
Me devuelve la abyecta mirada, su esbelta y oscura figura;
Y mi ya poca esperanza, esparcida por el viento.

Ímpetu glorioso vivo, en estertor agotado;
Baldía ya su gran belleza, enmascarada en su antifaz;
Noche eterna sumida, en lo que un día nos fue dado;
A los que moráis viviendo entre los muertos;
Descansad en paz.



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Dedicado a todas esas personas que han creado un monumento al honor, al mérito, al altruísmo y a la verdad.
Dedicado a todos aquellos que de estar vivos se sentirían orgullosos de recibir nuestras lágrimas.
Dedicado a todos esos ángeles sin alas, esclavos de su buena voluntad, que han dado lo mejor de si mismos.
Esto va por vosotros: No os hemos olvidado, y no os olvidaremos.

No somos sino vuestro reflejo, vuestro legado en este, ya no vuestro tiempo; no somos sino la hojarasca que aún no prende por que no ha salido el sol; no somos sino vosotros, mas antes de llegar al mismo desenlace.

Que la eternidad os confiera la calma perfecta que nosotros envidiamos.




Como escribio Charles Bukowski:

Los muertos no necesitan aspirina o tristeza supongo. Pero quizas necesitan lluvia.






... La verdad os honra... la honradez os otorga la verdad...

Sois libres. Hasta siempre.



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