miércoles, 2 de marzo de 2011

Soy leñador... leñador sin bosque.

Carlos Varela: 
Leñador sin bosque.

Cuantos guerreros consagraron su vida por defender sus casas... cuantos murieron defendiendo a sus mujeres, a sus hijos...
En el tiempo de las guerras de los hombres, los eones pintaron el lienzo de la historia con sangre.
Las melladas espadas que defendieron el calor de los hogares, la espectación de las familias esperando la llegada del guerrero; las pisadas en la hierba encharcada, el barro hundido bajo el peso de los cuerpos de quienes consagraron su vida a la causa...
Gloriosos tiempos que no caerán en el triste olvido.

Leñadores en un mundo gris, arrasado por el fuego de la naturaleza brutal de los hombres; sin motivo para vivir ni para morir...
Soñadores en pesadillas, mundos paralelos que nada tienen que envidiar la realidad que existe afuera...
Esclavos de los terrenos del tiempo, consagrados al deber de cuidar de sus tierras hasta que su luz se extinga...
Gloriosos tiempos que están por suceder.

Sobre las ignorantes cabezas de quienes cuyo servicio engrosará las filas de caídos en nombre de las sombras eternas... yace la verdad, el honor, la grandeza y el heroísmo.
Lo único que separa el trayecto del aterrador final es la sangre derramada por aquellos luchadores... aquellas causas que parecen perdidas, nunca lo son.
El orgullo... el no decaer... el mantener en ristre el arma, presto a cumplir con tu deber...

Ninguna causa es perdida. Ningun episodio en vida es vacío, o inexistante.

Por el fuego acogedor de nuestros hogares, por la fuerza que aún recorre nuestras venas, por nuestra inagotable juventud; luchemos por dar todo lo que nuestros cuerpos son capaces de dar.


Por la patria altruísta, por la sangre, por la justicia, Carpe Mortem.




 .

No hay comentarios:

Publicar un comentario