jueves, 1 de noviembre de 2012

Tal es la voluntad del alma...



Y la vida se desvanecía ante mis ojos como arena que se escapa entre los dedos, esparcida por el viento inclemente, en un mar de duda, soledad y desesperación cuya infinidad es tal, que ni siquiera se es capaz de sufrir; tal es la voluntad del alma encinta del vacío más absoluto...


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Es en estas ocasiones cuando uno se pregunta como realmente puede el ser humano ser capaz de empatizar con  el abatimiento de tal manera; e irrevocablemente se llega a la conclusión de que la única explicación de este fenómeno es que el hombre, en sí mismo, está hecho de abatimiento. De furia incansable. De ansia inacabada. De la más pura esencia de lo terrible.


¡...Y creer que toda emoción humana de la que podemos sentirnos orgullosos nace de las fauces inclementes de una entidad tan desnaturalizada como esta! Por toda la humanidad, ¿Y creer que podemos defender nuestras vidas por encima de todo, vivir por el mero hecho de vivir... esclavos de un alma sin otra voluntad sino la muerte de toda emoción?


¿Acaso se necesitan más pruebas para evidenciar el fracaso de nuestra evolución? Toda emoción nace de una mentira; ergo, toda emoción es una mentira. Triste, desoladoramente triste pero cierto.

Vivimos -¿Realmente...?- en un medio irreal con unas normas y principios de ¿realidad? irreales, vivimos en armonía irreal, nos levantamos día a día para satisfacer emociones efímeras que no son sino el fruto marchito de una mente que sólo busca su supervivencia egoísta. ¿Y cómo podemos tener ánimos para continuar? ¿Acaso tener ánimos para vivir es aceptar vivir esta mentira de la mente corrupta en ensoñaciones?


Ah... me río entre lágrimas. Pero me río, y me reiré, aunque mi espíritu ya no se encuentre entre los vivos, cuando todas nuestras almas se vayan al infierno. Y entonces se hará la luz -que irónicamente no es otra cosa que oscuridad... ángeles son demonios, la entropía sólo es explicable desde su propia naturaleza autodestructiva, tal y como es el hombre-.

Una luz muy negra. Tan negra que irradiará paz en los confines absolutos de la nada eterna, pero, entonces volveré a reírme, ya que no habrá nadie para verlo.


Y una parte irracional de todos nosotros se cree que todo esto es la jugarreta cruel de una entidad superior, mas no deberíamos asombrarnos ante tal posibilidad.


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2 comentarios:

  1. Estamos ante un mar de irreales que se nos muestran "reales" por que nosotros las vemos así. No hay más que la vida de emociones creadas por nosotros mismos y desde nuestras almas enclaustradas en ese mundo artificial...

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  2. La vida se basa en alienarse, en transformar todas estas emociones inexistentes en lo único que tenemos y aprovecharlo. Pero es importante recordar que somos polvo, nada más.

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